lunes, 17 de diciembre de 2012

Biografías inquietantes: Ali Jamenei



Alí Jamenei
Hijo de ulema, Ali Jamenei nació en Mashad, cerca de la frontera afgana, el 17 de julio de 1939. Estudió teología en la ciudad iraquí de Najaf, uno de los centros sagrados del shiísmo. Con 18 años marchó a Qom para estudiar en su seminario teológico. Tuvo como maestros a los ayatollahs Jomeini, Borujerdi y Haeri, y aprendió los idiomas árabe y azerí.

En 1962 y 1963 participó en la revuelta contra la reforma agraria del sha Mohammad Reza Pahlevi y, antes de regresar en 1964 a su localidad natal de Mashad, sufrió varios arrestos, pasando a la prisión en Teherán. Estrechamente vigilado por la policía imperial, desde 1967 sufrió nuevas detenciones como sospechoso de simpatizar con la rebelión armada contra el sha, lo que no impidió que reanudara sus estudios en el seminario de su Mashhad natal.

En 1971 empezó a dar clases en la clandestinidad y en 1974 fue otra vez arrestado acusado de cooperar con la insurgencia de los Combatientes Sagrados del Pueblo (Mujahidin Jalq). Puesto en libertad en 1975, retomó sus clases de interpretación del Corán y el Hadiz (o hadices, textos recopilatorios de los hechos y palabras del Profeta, que conforman la tradición islámica y complementan al Corán).

En 1977 se disponía a establecer una organización nacional de clérigos cuando fue detenido y enviado como exiliado interior a Iranshahr, en el Beluchistán, una de las regiones más inhóspitas del país. En 1978 se unió en Mashhad a los activistas islámicos que buscaban el derrocamiento del sha y en febrero de 1979, con el triunfo de la Revolución, marchó a Teherán para apoyar a Jomeini, quien le acogió en su círculo de allegados.

Jamenei entró a formar parte del Consejo Central de la Sociedad del Clero Combatiente de Teherán (Jame-ye Rowhaniyat-e Mobarez-e Tehran, JRM), de la Fundación de los Oprimidos y del Consejo de la Revolución Islámica (CRI) el 18 de agosto, fecha en que fue nombrado también viceministro de Defensa. El 1 de diciembre de 1979 se convirtió en comandante del Cuerpo de Guardianes de la Revolución, los Pasdarán, y cinco días después en representante del CRI ante el Ministerio de Defensa.

Pasdarán, guardias de la revolución
Hasta que dimitió al frente de los Pasdarán, el 25 de febrero de 1980, Jamenei ejerció su autoridad sobre la fuerza de choque y el brazo ejecutor, por encima de legalismos y directamente sobre el terreno, de las disposiciones rigoristas de la jerarquía shií. Además, el 19 de enero de 1980 Jomeini le encomendó la plegaria de los viernes en Teherán, labor que siguió desempeñando hasta 1989. La confianza del ayatollah en él no mermó cuando en 1981 su cuñado huyó a Iraq y empezó a difundir por radio proclamas subversivas.

Uno de los dirigentes más destacados y combativos del Partido de la República Islámica (PRI), puesto en marcha el 29 de febrero de 1979, en sus listas Jamenei fue elegido diputado por Teherán a la Asamblea Consultiva Islámica (Majlis-e Shora-e Islami) o Parlamento en los comicios legislativos de mayo de 1980. El atentado del 27 de junio de 1981, mientras pronunciaba un sermón, le dejó una mano inutilizada. Al día siguiente, una explosión en la sede del PRI mató a su secretario general, el ayatollah Mohammad Beheshti, considerado la segunda personalidad del régimen, y a otros 71 miembros de la plana mayor del partido.

Jamenei recibió la aureola de mártir. El 30 de agosto fueron el presidente de la República, Mohammad Ali Rajai, y el primer ministro y sucesor de Beheshti al frente del PRI, Mohammad Javad Bahonar, quienes perdieron la vida a manos de la entonces activa oposición islamista de izquierda, representada por los Mujahidín del Pueblo. 

Los Mujahidín del Pueblo, que hacían una interpretación radical y socialista del shiísmo, desataron el ataque frontal contra el poder en el contexto del arrinconamiento definitivo de los sectores de la Revolución laicos e islámicos no teocráticos, cuyo máximo represente, Abolhasan Bani-Sadr, había sido destituido de la Presidencia de la República en vísperas de la oleada de atentados.

Jamenei fue nombrado el 5 de septiembre secretario general del PRI. Ahí permaneció hasta que Jomeini disolvió el Partido, en junio de 1987, al constatar que se había convertido en una mera agrupación de diversas fracciones enemistadas entre sí. Jamenei se presentó a las elecciones presidenciales del 2 de octubre de 1981. Ganó con el 95 por ciento de los votos. Jamenei se convirtió además en el primer presidente religioso de la República, ya que Bani-Sadr y Ali Rajai, compartían la condición de seglares. Como presidente, un puesto que con Jomeini en vida presentaba una relevancia bastante limitada, Jamenei fue el portavoz del régimen en sus diatribas contra Occidente en general y contra Estados Unidos en particular, referido invariablemente como el "Gran Satán".

Asimismo, como representante de Jomeini ante el Consejo Supremo de la Defensa, desde el 12 de mayo de 1981, y luego como presidente del mismo y de su equivalente para el Apoyo del Esfuerzo de Guerra, Jamenei impulsó la agresividad de los pasdarán y recordó el carácter de jihadde la guerra contra Iraq (septiembre de 1980 a agosto de 1988), cuando cobraban auge las voces pacifistas ante el aterrador coste en vidas de las ofensivas en masa, que implicaban a cientos de miles de soldados regulares y pasdarán. Concluido su primer mandato de cuatro años, Jamenei optó a un segundo y definitivo en las elecciones del 16 de agosto de 1985, que ganó con el 85,6% de los sufragios.

Aparte sus cometidos en el frente bélico, en los cuatro años siguientes simultaneó la jefatura nominal del Estado con puestos como los de miembro de la Universidad Islámica Abierta, presidente del Consejo Supremo de la Revolución Cultural, miembro del Consejo de Políticas de Reconstrucción (formado tras el alto el fuego con Iraq) y, en abril de 1989, miembro de la Comisión para la Reforma de la Constitución, a fin de reforzar las atribuciones presidenciales con la dotación de plenos poderes sobre el Consejo de Ministros (hasta el 3 de agosto de 1989, fecha en que se abolió el puesto, Mir Hoseyn Mousavi ejerció de primer ministro).

En marzo de 1989 Jamenei aparecía, a falta de un pronunciamiento expreso de Jomeini, como el delfín oficioso del fundador de la Revolución, luego de caer en desgracia el ayatollah Hoseyn Ali Montazeri, quien había gozado en apariencia de aquella condición desde 1985.

Rafsanjani
Cuando Jomeini falleció el 3 de junio de 1989, la cuestión sucesoria la resolvió la Asamblea de Expertos (Majlis-e Jobregan) con la designación de Jamenei, con carácter vitalicio, como nuevo Guía de la ley religiosa (Vali-ye faqih) y Líder Supremo (Rahbar-e Moazam), y del presidente del Majlis, Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, como presidente de la República, quien demoró la toma de posesión hasta el 17 de agosto. Dado que no era una autoridad teológica principal, Jamenei, hasta entonces unhoyatoleslam, fue promovido el 4 de junio a ayatollah, dignidad superior del clero shií que significa gran signo de Dios.

De acuerdo con la Constitución de diciembre de 1979, Jamenei, en tanto que líder, es la máxima autoridad de la República en la esfera política, pero, en puridad, no en la religiosa, ya que la supremacía en el campo espiritual y de paso en la jerarquía del clero shií recae en un granayatollah dignificado como objeto de emulación (Marja-e taqlid). Este fue el caso de Jomeini, pero no lo ha sido el de Jamenei, sobre quien operó la revisión constitucional de 1989, una de cuyas novedades estipulaba que las condiciones de marjá rahbar no tenían porqué coincidir en una misma persona. Ello no quita para que Jamenei sí ejerza como la suprema autoridad religiosa en tanto que Vali.

El principio político del liderazgo del Rahbar se sustenta en el sistema creado por Jomeini (aunque no es admitido por varios ayatollahs, tanto los partidarios de la separación clara de las esferas temporal y espiritual, como los que propugnan la teocracia pura) del velayat-e faqih o Gobierno de los expertos en la ley islámica, por el que los jurisperitos religiosos tienen la potestad de pronunciarse, y de regir en la práctica, sobre asuntos civiles y en el que el Rahbar es considerado un mojtahed, esto es, un experto en la Ijtihad o el Derecho canónico del Islam capacitado para ejercer la jurisprudencia (fiqh), especialmente sapiente.

Jamenei es, además, comandante supremo de las Fuerzas Armadas y nombra a seis de los doce miembros del Consejo de Guardianes de la Constitución (Shora-ye Negahban-e Qanun-e Assassi), órgano constitucional de una importancia decisiva, pues verifica el espíritu islámico de las leyes y decide sobre la elegibilidad de los candidatos al Majlis y a la Presidencia. También nombra el jefe de la Justicia, quien somete al Majlis la lista de clérigos para completar la composición del Consejo de Guardianes. El Rahbar no es criticable y todo insulto o menosprecio a su persona es punible como delito.

Como quedó dicho, Jamenei nunca ha gozado de las ilimitadas prerrogativas que tuvo Jomeini, que en vida fue popularmente aclamado como el imán esperado por los fieles shiíes desde la ocultación del duodécimo imán, Muhammad ibn-Hassán, Al Mahdi, en 874; de hecho, la Constitución sólo admite el imanato en la persona de Jomeini. Más aún, los maestros de Qom cuestionaron desde el primer momento la capacidad de Jamenei para ejercer de guía, ya que, en su opinión, la dignidad de ayatollah le fue conferida por requerimiento político y no por sus méritos como teólogo o como jurista canónico.

Así, sólo nueve días después de la promoción de Jamenei, el casi centenario gran ayatollahMohammad Ali Araki fue elegido marjá, y cuando éste falleció el 29 de noviembre de 1994, Jamenei era tan sólo uno más de los candidatos a sucederle en el marjayato, que con las muertes también de los grandes ayatollahs Abolqasem Al Joei (agosto de 1992) y Mohammad Reza Golpayegani (diciembre de 1993) había quedado vacante.

Jamenei, que se inhibió pronto de este postulado, no figuraba entre los favoritos y, de hecho, recibió más apoyos de la comunidad de fieles del exterior (de entre los adeptos de la rama Izna Ashari, o duodecimanos), que es mayoritaria entre los shiíes y que erróneamente se suele generalizar o circunscribir a Irán e Iraq) que en su propio país.

Ahora bien, el hecho de que como dirigente islámico Jamenei, aun no siendo un marjá, pueda en teoría hacer prevalecer su jurisdicción absoluta (velayat-e motladeq) sobre los pronunciamientos de cualquier jurista islámico, no importa su rango religioso, alimenta la confusión sobre dónde empiezan y dónde acaban las competencias civiles y religiosas en Irán.

En los primeros años del liderazgo de Jamenei, él se consideraba una figura por encima de las fracciones políticas del régimen. Desde 1990 Jamenei abandonó su neutralidad y empezó a criticar los intentos de Rafsanjani, anterior presidente del Parlamento o Majlis, de tender puentes a los países occidentales y de aplicar reformas modernizadoras de especial calado económico, advirtiéndole contra el relajo del celo religioso y de la intransigencia en política exterior. Rafsanjani intentó marginar a las voces de la derecha más estridentes, pero en agosto de 1992 hubo de plegarse a las exigencias de Jamenei. A partir de este momento, el poder de Rafsanjani declinó a la par que creció el de Jamenei, quien por primera vez hizo profesión plena de su condición de Rahbar.

Dispuesto a no sufrir merma en su autoridad vigilante y arbitral, Jamenei apoyó explícitamente a Ali Akbar Nateq-Nouri, presidente del Majlis y dirigente del ala conservadora que representan el grupo de diputados de la JRM, en las elecciones presidenciales del 23 de mayo de 1997. Cuando éstas fueron ganadas por Mohammad Jatami, que fue ministro de Orientación Islámica, aupado por sus promesas de liberalización y de reforma, Jamenei se apresuró a marcarle los límites de su actuación, sugiriéndose entonces la adopción de algún tipo de pacto de convivencia.

De una manera más ostensible que en los años de Rafsanjani, Jamenei ha frenado las reformas que Jatami intentó aplicar, si bien formalmente las iniciativas obstruccionistas contra los proyectos de ley y los nombramientos para puestos clave con signo liberal han sido dirigidas por los diputados de la JRM, en un contexto de pluralismo parlamentario que -naturalmente, dentro del marco no democrático y apartidista- da cauces a un debate interno insólito en repúblicas de Oriente Próximo que se declaran laicas y donde el sistema de partido único o hegemónico asegura el monolitismo.

Durante la violenta protesta estudiantil de julio de 1999, fruto de la frustración popular por la lentitud o la suspensión de las reformas de Jatami y que constituyó la más seria exigencia de democracia desde la proclamación de la República Islámica, Jamenei llamó a reprimir por la fuerza a los "desviacionistas", si bien cuando los desmanes represivos amenazaron con llevar el país al caos, hizo un llamamiento a la calma y calificó de "irresponsables" a sus seguidores que, con su contribución al desorden, habían "herido el corazón del guía".

Sofocado sin contemplaciones por los pasdarán y las fuerzas de seguridad, el movimiento prodemocracia tocó a su fin cuando un millón de personas se echaron a la calle con retratos de Jamenei y Jomeini y al grito "al menor signo del guía, intervendremos". Más explícitas han sido otras actuaciones suyas, como la desautorización, el 16 de enero de 1998, de la oferta de diálogo lanzada por Jatami a Estados Unidos, o el veto, el 6 de agosto de 2000, a una iniciativa de los diputados reformistas para liberalizar la ley de prensa.

Esposo y padre de seis hijos, Jamenei ha escrito varios libros sobre el papel histórico del Islam y ha traducido al persa algunas obras en árabe. Entre sus obras se citan: El papel de los musulmanes en la independencia de India, Norma general del pensamiento islámico en el Corán, Sobre la paciencia, Entender el Islam correctamente Biografía del Imán Sadiq, así como Nuestra postura, que escribió en colaboración con el ayatollah Beheshti, el hoyatoleslam Rafsanjani y Mohamamd Javad Bahonar. 

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